Caldelas es una las once aldeas de la parroquia de Ponte Ulla en el Ayuntamiento de Vedra (A Coruña). Las otras aldeas, si mal no recuerdo, son: Gundián, Pumariño, Santardao, Ramalleira, A Retorta, O Castro, Vista Alegre, Reboredo, Figueiredo, Noveledo y "A Ulla" como decíamos familiarmente, antiguamente, antes de la la construcción del puente, decían "A Vila" y en documentos del año 1900 se dice "la calle". Todas las aldeas, excepto Pumariño, están a lo largo de un valle por cuya vaguada pasa el río Ulla que une las provincias de A Coruña y Pontevedra.
Aquí nací, crecí y pasé mi infancia y adolescencia, tuve mis primeros sueños y alguna pena también. Estoy mu orgulloso de haber nacido en ella, es una aldea con historia ya que hace casi mil años pasó por aquí con sus huestes la reina Doña Urraca, por sus montes pasa el ferrocarril que une Galicia con Castilla, aquí esta el viaducto del AVE mas alto de España, aquí estan las raíces de héroes, médicos, sacerdotes y militares. Una panorámica de 2008 preside la cabecera de mi blog y tambien se puede contemplar a vista de pájaro en Google Earth.
Orígenes
Intuyo que los orígenes de la aldea están en su parte mas baja próxima al río y a San Xóan da Cova, el sitio se llama "Curro" (ver foto). Hoy no tengo la suerte de vivir en la aldea y por tanto no puedo escudriñar sobre el terreno para confirmar mi teoría, pero cuando era pequeño he visto antiguas casas en ruinas, allí vivía "o zoqueiro" Sr. Cao a quien visitaba con frecuencia para ver como hacía los zuecos. Cerca también vivía una mujer enigmática llamada Esperanza do Curro de quien hablaré mas adelante. Estoy casi seguro de que si aquí se hiciesen excavaciones podría encontrase algún yacimiento de los antepasados.
Si bajo el puente de Gundián bloqueáramos con escombro u hormigón el paso de río, Caldelas se convertiría en un lago cuyas aguas llegarían hasta las casas, en los años 60, el gobierno de Franco en sus planes de desarrollo apostó por una política de construcción de embalses en España, aquí en Caldelas hubo un proyecto, mi padre decía: "a ver si viene el embalse arriba", porque pagaban muy bien los terrenos y su ilusión era hacer dinero para comprar un piso en Compostela y buscar allí mejor vida. Finalmente el proyecto se quedó en nada y solo se hizo en 1967 el embalse de Portodemouros.
Es muy probable que hace mas de 2000 años Caldelas era un lago cuyas aguas desbordarían por San Xoan da Cova formando una hermosa catarata de unos 40 metros de altura sobre el enigmático pozo del mismo nombre. La propia erosión de la catarata, los movimientos sísmicos y posiblemente la mano del hombre, que bien pudieron ser los romanos en su afán de búsqueda de oro, plata y estaño, como lo hicieron en el Sil, la roca que bloqueaba el paso del río fue desapareciendo y Caldelas quedó como la conocemos ahora, en que el río pasa encajonado por un estrecho cañón de unos 5 metros de ancho. De San Xoan da Cova hay muchas leyendas, mi padre me contó que en el negro pozo, existían unas corrientes misteriosas que hacen que el que intente sumergirse no regrese a superficie, en este lugar hubo varios suicidios cuyos cuerpos nunca aparecieron, recientemente desapareció en esta zona un médico psiquiatra de Santiago del que aun nada se sabe.
En O Curro esta "A Fonte Quente" de la que salía agua templada, aquí vine yo de pequeño con mi madre a lavar la ropa en invierno, es un rincón muy abrigado de los temporales con caza y pesca abundante, el agua brotaba del barro dándole un color ferroginoso. La gran riada de 1571 pudo llevarse el poblado que supuestamente estuvo aquí, como lo hizo con el cercano monasterio situado al otro lado del monte, y sus habitantes se vieron obligados a desplazarse a una zona mas segura donde hoy esta asentada la aldea. Al otro lado del río están las ruinas del Castillo de Cira donde estuvo la reina Urraca en el siglo XII y el mismísimo obispo Gelmírez.
El topónimo de Caldelas según el listado de la Xunta es "CALIDELAS", un diminutivo de "AQUAS CÁLIDAS" o aguas calientes como las existen en "a Fonte Quente", posiblemente hoy estas aguas las disfrute algún vecino de la aldea en su pozo de barrena.
El río Ulla
Pasa por Caldelas después de unos 90 km. de recorrido, es el segundo río mas importante de Galicia después del Miño, desde Monterroso hasta Catoira recorre 132 km., mis padres tenían dos fincas pegadas al río: "Os Olmos" y "Agro do Río", allí estuve con ellos muchas veces trabajando y apacentando las vacas.
En verano el río traía muy poca agua, hasta el punto que se podía pasar de un lado al otro sin mojar los pies, saltando de piedra en piedra, pero en invierno el nivel podía subir hasta 20 metros o más, era un río muy truchero y salmonero, recuerdo estar con mi hermano Ricardo bañándonos y coger con las manos un salmón de unos 30 cm., las truchas se veían a simple vista, en casa era el pescado comíamos. Una vez al mes venía "Manolo o sardiñeiro de Cesures", bajito y moreno, con sardinas y jureles grandes en una cesta que portaba sobre su cabeza protegida por un molido, mis padres pagaban al trueque por trigo o maíz, anunciaba su llegada a la aldea soplando un cuerno de vaca o una caracola marina, mis padres le compraron una para mi como juguete, el pobre siempre andaba cargado, traía pescado y llevaba maíz, trigo y tocino...
En invierno las crecidas eran frecuentes, en 1966 tenía yo 13 años, Caldelas se convirtió en un lago y el Ulla también, recuerdo que llovió tanto que el agua cubrió por completo el puente de piedra, yo iba a la escuela de Doña Encarnación pegada a la Iglesia y el agua llegó a inundar el bajo que unos años antes era frutería, que dicho sea de paso recuerdo llevar a la frutera sacos de piñas piñoneras que cogía en el monte y a cambio me daba plátanos, cacahuetes y alguna vez una peseta. Hoy 2019 hay un bar allí que hace poco visité y por un momento mentalmente reviví aquellos tiempos...
Volviendo a la inundación, estuvo como unos cuatro o cinco meses lloviendo sin parar, en mi casa las reservas del "palleiro" y el grano del hórreo ya se habían agotado, el terreno no absorbía mas agua, el agua salía a borbotones en las cuadras de los animales y en la bodega las pipas de vino flotaban como en una piscina, los caminos estaban intransitables llenos de barro, en los prados las vacas se enterraban hasta la barriga y no podían moverse, había que arrastrarlas por medio de cuerdas, las reservas de la matanza en salmuera se estaba acabando, todos rezábamos a la Virgen de Gundián para que parase de llover.
Pensábamos que el puente de piedra del Ulla construido en 1835 para dar paso a la N-525, no soportaría la presión del agua, pues el medieval de 1197 se lo llevó la crecida de 1571, el Ulla se quedó sin puente, el paso del río se hacía en barca. Aun en 1960, cuando yo era pequeño recuerdo cruzar el río en barca. A barca de O Vao comunicaba Arnois con la otra parte del río Reboredo (Ponte Ulla) y Albela de Arriba (Santa Cruz de Ribadulla). Funcionaba incluso de noche sobre todo el día de la Paderna en Arnois, la gente iba en barca a la fiesta atraida por el vino nuevo y de aquel delicioso pulpo gallego de la Ría. Cruzar el río en barca suponía el ahorro de mas de una hora de camino, había que pagar al barquero, ahora no recuerdo el precio. También se usaban cuando por las crecidas del río no se podían pasar los puentes.
La crecida de 1571 se llevó también el Monasterio de San Xoán da Cova del que solo se salvó una cruz de plata y azabache que hoy se conserva en la iglesia parroquial de Ponte Ulla, de pequeño estuve buscando rastros de este monasterio pero no he visto nada, mi hermano mayor Pepe cuenta que sí los había, que los vió con sus propios ojos y que ahora posiblemente estén enterrados bajo los escombros de las obras del viaducto.
Y por fin paró de llover, pero en mi casa el ganado quedó tan debilitado que vino una peste que se llevó todos los cerdos menos uno y de las dos vacas murió la que teníamos en propiedad, la otra era de renta o "ganancia" propiedad del Señor Da Costa, un tratante de ganado de Santa Cruz de Ribadulla, que compraba vacas a precio de ganga y luego las alquilaba a cambio del 50 % de la venta del ternero. Era un hombre muy buen negociante, ante la ausencia de bancos, incluso prestaba dinero a los agricultores que luego a veces devolvían con terneros. A mi padre le prestó dinero, eran aquellos tiempos en que los negocios se hacían de palabra estrechando la mano..."El Señor da Costa" era un hombre muy conocido y querido al que la gente invitaba a cenar en su casa, jugaba a las cartas..., El caso es que nos quedamos sin leche y pasamos meses desayunando agua de unto, papas de maíz o achicoria, el café era muy caro, el poco que había venía de contrabando procedente de Portugal. Estuvimos a macarrones durante tres meses, desayuno, comida y cena, yo me que quedé tan delgado que la gente me decía que si tenia la solitaria.
La construcción del embalse de Portodemouros en 1967, sirvió ademas de para producir electricidad, para regular las crecidas del río que a partir de entonces no fueron tan grandes, aunque con el inconveniente de que en verano el nivel del agua bajaba a casi cero porque había que llenar el embalse, luego, sin previo aviso, abrían compuertas y el río subía de repente produciéndose varios ahogamientos por esta causa.
De la casa donde nací consta que en 1870 mi tatarabuelo Andrés Fíns en su testamento se la deja en herencia, junto con varias fincas, a su única hija Francisca, pero por el color y el pulido por el paso del tiempo de las piedras de las paredes la casa fueron construida mucho antes y posiblemente algunas piedras procedan de construcciones mas antiguas. Hay que destacar que del monasterio de San Xoan da Cova no quedó ni una sola piedra en el lugar y no creo que las llevase todas la riada
En el prorrateo del agua de 1859 figuran 36 propietarios con derecho a riego, es decir, muchos más que en 1960 cuando yo era pequeño, en la que había unas 20 casas habitadas, unas 8 en ruinas y una chabola de madera de pino en la la zona mas alta de la misma llamada "Cotiño" que albergaba una familia. Teniendo en cuenta que en aquel entonces la media de hijos era de 6 por matrimonio, es posible que en 1860 viviesen en la aldea cerca de 200 personas, casi el doble que cuando yo era pequeño.
La mayoría de las casas tenían un hórreo que se utilizaba para almacenar y preservar de la humedad el maíz y alimentos como el bacalao salado, cura de jamones, chorizos y en verano también para conservar la fruta hasta que viniesen las "regateiras" que la compraban, luego se cargaba en el carro de vacas hasta Ponte Ulla donde una camioneta se la llevaba para Santiago.
En 1980 recuerdo la última pobladora de Curro, Esperanza, vivía sola en una pequeña y muy vieja casa que compartía con sus gallinas y cabras. Por supuesto que no tenía agua corriente, ni luz, ni cuarto de aseo, la casa estaba sin compartimentar y dormía sobre unas pajas. Era una mujer alta y flaca, callada, siempre se le veía sola por los caminos con el cuerpo encorvado, vestida de negro con una pañueleta que le cubría casi toda la cara, se apoyaba en un palo, al anochecer subía camino arriba a casa de su vecina Teresa Corral Espiñeira, la costurera, ambas mataban la soledad al calor del fuego de una lareira, luego regresaba en la obscura noche con el candil que parecía un fantasma. Nunca oí que estuviese enferma, ni quejarse de nada, su vecina Teresa falleció el 6.4.1981 a los 88 años, pero Esperanza, la última pobladora de Curro, aun vivió unos años mas con sus gallinas y cabras. De este lugar de la aldea creo que hoy año 2019 no queda nada, solo recuerdos.
El minifundio
Las fincas eran muy pequeñas, ya que los padres las iban subdiviendo cada vez que había un reparto de la herencia entre los hijos. Los viejos hacían su testamento en vida cuando estaban enfermos y ya no tenían fuerzas para trabajar. Había mucha afinidad entre padres e hijos. Los hijos tenía un gran respecto a sus padres, les trataban de usted y les obedecían hasta su muerte e incluso después de esta. Los padres jamás traicionaban a sus hijos, hacían el testamento delante de ellos, por eso cuando tenían el presentimiento de que su muerte estaba cerca, reunían a los hijos y llamaban al notario para hacer el testamento.
La tradición era dejar la casa al hijo mejorado, normalmente varón, con las mejores fincas para que pudiese seguir viviendo del campo, con obligación expresa de cuidar de sus padres y sufragar los gastos de sepelio, y en algunos casos, dar alojamiento y cobijo a los hermanos y hermanas solteros o viudos/as sin familia . El resto se repartía entre los demás hijos, mínimo legal 1/3, y el dinero si lo hubiere a partes iguales.
De esta manera los hijos no mejorados apenas quedaban con unas pocas fincas que terminaban vendiéndolas, normalmente al hermano mejorado, por un precio módico. Y de aquí nace el fenómeno de la emigración en Galicia, los hermanos/as no mejorados se ven obligados a emigrar fuera de Galicia, a otras partes de España, América y del mundo. Los que no podían emigrar vivían como jornaleros o criados de los señores y las casas ricas de la zona muchas veces solo por comida, o trabajar en tierras arrendadas como "caseiros", pagaban sus rentas con una parte de la cosecha y un tanto por ciento (50 %) de la venta de crías del ganado. Las chicas solían marchar a la ciudad e servir a los señores, a veces por un plato de comida, de esto se han escrito muchas novelas e historias románticas y no tan románticas que todos conocemos.
El agua
El agua llegaba a la aldea por gravedad desviada del Pontillón, un regato que nace en las faldas del Pico Sacro en Ardilleiro, y desemboca en el río Ulla. Justo en el molino en ruinas que vemos en la foto esta el desvío del agua que durante siglos dio vida a la aldea y movió sus ruedas de donde salió la harina alimento de todos los que hemos nacido en esta aldea.
En los testamentos se hacía constar los derechos al uso del molino, el día, hora y duración de la molienda. Los usuarios se encargaban de su mantenimiento, picar las piedras pues con el uso llegaban a pulirse y entonces no salia harina.
El agua se utilizaba para riego, consumo humano y para los animales ya que la mayoría de las casas no tenían pozo. El riego se regia por el prorrateo del año 1859, todavía en vigor en 1970, el horario de riego en mi casa era desde el martes a las 18:15 horas a las 7:02 del miércoles, recuerdo ver a mi padre regando las fincas de noche. Otros vecinos tenían que hacerlo incluso sábados y festivos.
Al cauce del agua le llamaban "la presa del agua", al aire libre en todo su recorrido, había muchas ranas cuyo croar aun recuerdo, también había algunas truchas y anguilas, los vecinos se juntaban para limpiarla de vez en cuando y tapar las filtraciones para que el agua llegase a las últimas casa y fincas de la aldea. En verano el consumo era tal que muchas veces la presa llegaba a secarse.
Algunos vecinos llevaban las vacas a apastar a lo largo de la presa, el problema era que estas orinaban y defecaban en la misma contaminando las aguas, para solucionar este problema, la presa fue canalizada a su paso por la aldea sobre el año 1975.
En invierno el agua llegaba turbia y no servia para el consumo, se utilizaba el agua de las abundantes lluvias. La gente casi no bebía agua, sino vino de la cosecha, "el agua para las ranas" se decía, las "sopas de pan y vino" tinto con azúcar eran muy socorridas. Recuerdo aquel vino tinto hecho de uva "tintilla", que tenía mucho cuerpo, era muy aromático y con unas sopas de pan saciaba tanto como un plato de comida.
En 1960 es designado alcalde del Ayuntamiento de Vedra Francisco Carrillo Barros, Sargento provisional en la Guerra Civil, visitaba la aldea con frecuencia, siempre muy preocupado por el problema del agua, él animó y dio subvenciones para que los propios vecinos buscasen a pico y pala un manantial, no podía hacer otra cosa, no había la infraestructura que hay en los tiempos actuales para hacer pozos de barrena. Designó a mi padre como Alcalde Pedáneo para escavar minas en busca de agua. No fue hasta 1975, en que en el monte arriba de la aldea, encontraron un yacimiento con agua en cantidad suficiente para canalizarla y llevarla hasta el grifo de las casas, incluso se hizo una fuente pública en el medio de la aldea. Esto ayudó a mejorar las condiciones higiénicas de la gente que empezó a hacer los cuartos de baño en las casas, instalar grifos en los fregaderos y hacer un lavadero delante de casa.
Muerto Franco en 1975, este buen Alcalde Carrillo que tanto ayudó a la gente, se presentó a las primeras elecciones de la democracia saliendo elegido por mayoría absoluta, siendo reelegido en las sucesivas elecciones, fue Alcalde hasta que murió en 1987 a los 74 años, no se si le han dedicado algún monumento de recuerdo, pero se lo merece, era muy apreciado por el pueblo, muy humano, mas que alcalde era un buen vecino, un amigo.
Los caminos
Los caminos tenían el ancho justo para el paso de un carro. Eran "corredoiras" de piedra y barro, se utilizaban para el acceso a las fincas, en invierno el agua arroyaba y los vecinos se juntaban para repararlos. No había camino para llegar a la vecina parroquia de Donas, solo un sendero de cabra, los coches no llegaron a las casas hasta 1970, los caminos fueron adaptados a pico y pala por los propios vecinos.
En Ponte Ulla estaba la iglesia parroquial, a 2 km, se iba por una pista de piedra o por unos antiguos atajos monte a través. Los domingos era preceptivo asistir a misa, a la salida de la misma se leían los bandos del alcalde, muy importantes los del alistamiento para el servicio militar, los del pago de la contribución, los recaudadores montaban en un bar de la parroquia su improvisada oficina de cobro. La asistencia a misa los domingos, mas que una devoción era un día especial para poner el traje nuevo y "desconectar" de las faenas del campo, un motivo para ver y saludar a los demás vecinos y familiares.
Para ir a Santiago o para ir a trabajar la gente se desplazaba a caballo, mulo o burro que se utilizaban también como animales de carga. Los transportes de muebles, arena, piedra, etc., los hacían los "carreteiros" en un carro grande de madera tirado por bueyes, se hacían para pequeños trayectos no mas de 10-15 km. También se iba caminando por caminos y senderos a través del monte. Recuerdo al Cura de Codeso Don Manuel Villar Cortizo montando su caballo para asistir a los entierros, etc. El correo lo traía puntualmente el Cartero Alejandro Barreiro en su bicicleta.
Desde Caldelas a Santiago se iba bordeando el Pico Sacro, cuenta mi hermana Teresa que el año santo de 1948, cuando tenía 12 años, partió con mi madre caminando hacia Santiago para ganar el Jubileo pasando por Orto, rodeando el Pico Sacro, eran unos 18 km. Yo mismo de pequeño fui con mi madre, a la romería de San Sebastián en el Pico Sacro, estaba a medio camino de Santiago, salíamos a las 6 de la mañana para estar allí sobre las diez, yo era muy pequeño, me cansaba mucho, aquellos zapatos de charol me rompían la piel, aunque ya había zapatillas de goma.
Pero había otros caminos para ir a Santiago desde Caldelas, siempre monte a través, pasando por Santardao hasta San Pedro de Vilanova y allí continuar hasta Ponte Pedriña. Mi madre que nació en la aldea de Reboredo en Ponte Ulla, de soltera, iba a Santiago en burra, al llegar a Ponte Pedriña, tenía que pagar el "fielato" una especie de aduana para poder pasar los productos de la huerta y venderlos luego en el mercado de la ciudad. El vino y la fruta entraban en Santiago por la Puerta de Mazarelos.
La carretera Ponte Ulla - Santiago, 22 km, era de piedra, sin asfaltar, no había tren, los jueves era la feria de ganado en Santiago, la gente iba andando, a caballo o en burro y utilizaba atajos, tardaban unas 5 horas en llegar. Un hermano de mi abuela Elvira, tío Rafael, fue el primero en hacer la linea Bandeira-Santiago con un coche que compró gracias al dinero que había ahorrado en Cuba, pero el negocio no le fue muy bien pues algunos viajeros se apeaban sin pagar. Años mas tarde aparecen los Cuiña, Lázara, Castromil. En la web de la Empresa Cuiña se pueden ver los autobuses de la época.
En 1930 había algún pequeño autobús que hacía rutas a Santiago, sobre todo los jueves que era el día del mercado. Luego vinieron los coches de línea que llevaban el correo y paquetes para los estudiantes. Había varias empresas Mougan, Cuiña, Lázara, Castromil. En la foto vemos un autobús restaurado del año 1955.
Cuenta mi hermano que en 1950, salía desde Codeso una o dos veces a la semana un coche que se llamaba "Fontán y Rey" que hacía línea a Santiago, que no solo trasportaba gente sino también paquetes con comida y alimentos para los estudiantes en Santiago. Concretamente mis abuelos mandaban comida para a su hijo Ricardo que estaba estudiando en el seminario.
La vida en el campo
La gente que vivía del campo utilizaba herramientas muy primitivas, el arado romano, "a grade", "o canizo", "a guadaña", "fouciño", "a ligoña", "a sacha" "as gallas", "a forcada", "o fumeiro", "o xugo" "o louro" y muchas mas que no me acuerdo, los escribo en gallego, porque no se como se dicen en castellano. Yo siempre hablé gallego, porque me siento mas cómodo, pero no se escribirlo, porque en mi época no se estudiaba gallego, ademas de joven tuve que buscarme la vida fuera de Galicia, por mi acento gallego me llamaban "gallego" en tono despectivo de "aldeano" o "paleto" pero, a pesar de ello, siempre llevé muy alto el pabellón de gallego, al que aun hoy creo que no se nos trata muy bien, en TV veo algunos tertulianos que nos achacan como que no somos de fiar, que "nunca se sabe si sube o si baja...".
Para trabajar se utilizaban los animales (mulos, bueyes y vacas) que tiraban del carro y del arado para labrar las fincas. La relación con los animales era muy estrecha, yo si algo de nobleza he aprendido fue de los animales que había en casa (perros, gatos, gallinas, vacas, ovejas, etc). Recuerdo que cuando de niño iba con las vacas para el monte, ellas me avisaban cuando había que volver a casa, una detrás de otra volvían solas, yo detrás, en fin, me emociona el recordarlo. Estos animales a veces eran maltratados por sus dueños, que les sometían a un trabajo excesivo y a una alimentación deficiente, no podían con la carga del carro y les pegaban con una vara cuyo extremo tenia un aguijón de acero que lo clavaban al pobre animal cayendo exhausto de rodillas porque no podía mas.
En la aldea no había buey de puesto, de pequeño acompañé a mi madre varias veces para llevar la vaca al buey para que quedase preñada, una vez recuerdo ir monte arriba a Santardao y otra vez fuimos mas lejos, al Forte (Boqueixón) y lo malo es que a veces la vaca no quedaba preñada y si no quedaba preñada no había leche.
Los cultivos de huerta se hacían a mano a golpe de sacho y sacha. En Caldelas había gran variedad de árboles frutales y unos vinos y aguardientes excelentes que se vendían para Santiago. Las fincas eran pequeñas y estrechas, tenias que "hacer números" para no pisar la del vecino, algunos vecinos cambiaban los marcos de sito para robar un palmo de terreno por lo que a veces había peleas por este motivo, pero en general se llevaban bien porque no quedaba mas remedio, pues había que juntarse para arreglar los caminos, limpiar la presa del agua, la siembra y recogida de la cosecha, la vendimia, la siega, las mallas, el palleiro, la matanza, y un largo etc. Hoy en las aldeas hay vecinos que no se llevan con el de al lado, nos hemos vuelto egoistas, envidiosos, rodeamos las casas con muros excesivamente altos o con tuyas para que no te espíen, al final conviertes tu casa en una cárcel.
No se pasaba hambre, en las casas tenían corderos, cerdos, pollos, conejos, etc, para autoconsumo y venta en las ferias. Hacían y aun hoy se hace la matanza, no había congelador ni nevera pero conservaban la carne en sal, no se tiraba nada, se aprovechaba hasta la sangre y las tripas para hacer morcilla. Los domingos de paso que iban a misa a Ponte Ulla, traían de la taberna o "ultramarinos", café, cacao, arroz, garbanzos, bacalao salado, sardinas saladas y pan de trigo blanco de Castilla. Los años siguientes a la Guerra Civil hubo racionamiento De la escased surgió el estraperlo del café, tabaco, etc. Cada mes o quince días venían de Cesures "sardiñeiros" con una cesta en la cabeza con sardinas, jurelos, berberechos, etc que vendían al trueque por maiz, trigo, etc. En el río había muchas truchas y "escalos" e incluso salmones que se veían a simple vista, recuerdo una vez que mi hermano Ricardo y yo cogimos uno con la mano que quedó atrapado en un remanso.
Las mujeres eran las grandes trabajadoras y por cierto poco valoradas, ademas de criar los hijos y hacer las tareas de casa: cocinar, lavar la ropa a mano, trabajaban en el campo. En la aldea no hubo lavadero publico hasta 1965. Las mujeres cargaban sobre su cabeza protegida por un "molido" todo tipo de cargas, feixes de yerba, pipas de vino, olas de agua, etc, recuerdo ver alguna orinando de pié por los caminos por no poder bajar el feixe, luego no podía levantarlo. Tenían muchos hijos, decían que sus maridos las dejaban embarazadas cuando se quedaban dormidas agotadas por la fatiga.
Había jornaleros que a veces venían solo por un plato comida, pues no había dinero para pagarles. Yo he visto marchar familias enteras, hasta la abuela, para Francia, Suiza, Inglaterra. Las chicas marchaban a Santiago o Madrid a servir a los señores.
La enfermedad y la muerte
Cuando un vecino se ponía enfermo, antes de llamar al médico se echaba mano a los remedios caseros, yerbas, vapores de eucalipto, friegas, fomentos, etc. porque el médico costaba dinero y no estaba cerca, no había seguridad social, se llamaba al médico cuando no quedaba mas remedio, normalmente te daba unas inyecciones de penicilina o algún preparado de la farmacia. En casa eramos afortunados porque siempre que acudíamos a nuestro primo Don Juan Sinde Villaverde, que no tardaba, venía en aquella moto alemana protegido con unas gafas,"vengo a casa de mi abuelo" decía, un hombre entrañable y un gran médico. En la aldea también era muy socorrido él médico Portela que incluso montó en su casa de San Miguel de Castro un pequeño sanatorio, decían que era el médico de los pobres porque nunca cobraba nada, la gente pagaba con un pollo, un jamón o con lo que podía.
El enfermo se curaba en casa y las inyecciones las ponía algún vecino, mi padre que había aprendido en la guerra a poner inyecciones, tenia una jeringa y unas agujas largas y gordas que solo verlas daba pánico, era el sanitario de la aldea, antes de poner las inyecciones desinfectaba la jeringa y las agujas en agua hirviendo.
Cuando alguien se moría, el velatorio se hacia en casa día y noche, en ningún momento el cadáver quedaba solo, las mujeres lloraban en alto su muerte. Familia y vecinos mas allegados se encargaban de las tareas de casa, atender el ganado, hacer comida, solían hacer una gran pota de caldo. La bodega estaba abierta y a disposición con pan, vino y chorizo abundantes, sin faltar el aguardiente "para matar las penas" que cada uno se servía a discreción. El traslado del difunto al cementerio se hacía hombros desde Caldelas al Ulla, unos 2 km, cada poco los familiares y vecinos se iban turnando, nada que ver con lo que se hace hoy día en que el difunto se lleva al tanatorio que de noche cierra sus puertas y todo el mundo se va su casa, el cadáver se queda solo.
Construcción del puente de Gundián (1945-1956)
El primer proyecto es de 1928 encargado por el gobierno de Primo de Rivera durante el reinado de Alfonso XIII pero los avatares políticos de la época provocaron su dimisión y marcha al exilio en 1930 y un año mas tarde, el mismo Rey es obligado a abandonar España comenzando su andadura la República que modifica el proyecto en 1935. Debido a la Guerra Civil el proyecto no se aprueba hasta 1939 iniciándose las obras en 1945, dirigidas por el ingeniero de caminos Don Ricardo Barredo de Valenzuela. La empresa constructora fue la Sociedad General de Obras y Construcciones (OBRASCON) de Bilbao, hoy OHL, que contrató mucha mano de obra de la zona y alrededores, ademas de su plantilla de técnicos, encofradores y soldadores que se alojaron en las aldeas próximas a la obra, en mi aldea estuvieron alojados un técnico y un soldador de Madrid, con sus respectivas familias en casa Meruxo (Ramón Moruja).
Los obreros trabajaban a destajo incluso los días festivos, en las fotos que mi tío el cura Ricardo guardó en su álbum, se pueden ver las distintas fases de su construcción.En sus comienzos las obras fueron con una cierta lentitud pues había que dotarlas de la infraestructura necesaria para llevar a cabo las mismas: transformador de alta tensión, pasarela para paso de obreros a uno y otro lado del río, teleférico para llevar el hierro, hormigón, etc., al punto de la obra que lo demandaba.
Los obreros que trabajaron en este puente ademas de ser buenos especialistas en soldar y encofrar, no podían tener miedo al vacío, vértigo cero, ya que desde el arco central la altura era de unos 86 metros y soplaban fuertes corrientes de aire, "había que tenerlos como los del caballo de Santiago de Apóstol" para trabajar en esas condiciones. La empresa encargaba ciertos trabajos a destajistas locales entre los que eran muy conocidos Sanjurjo de Gundián y un tal Don Victoriano, la gente le daba el tratamiento de don por ser un hombre muy carismático, este hombre vivía en una casa de alquiler en el Castro de Ponte Ulla. Mis hermanos Pepe y Manolo trabajaron para ellos picando la piedra del túnel de Caldelas, lo hacían a destajo por metro cúbico trabajado. Otros personajes de la época muy conocidos eran un tal Arquipo que murió en accidente al salirse el autobús en una curva cerca del río, detrás historias de amor, suicidios, que lo dejo para un novelista que lo quiera contar.
No era fácil encontrar mano de obra, en la guerra había muerto mucha gente y otros quedaron mutilados, de hecho entre 1949 y 1951 las obras del puente estuvieron paradas pues hubo que enviar personal a otros puntos que iban mas retrasadas. La empresa tenía su plantilla de soldadores y personal técnico pero no tenía acróbatas que realizasen los trabajos mas arriesgados como por ejemplo colocar los tirantes para sujetar las armaduras de hierro al pilar que permitiesen armar el arco de hierro, previamente hubo que perforar el pilar colgado en el vacío, otro trabajo complicado era manejar el teleférico para transportar las armaduras de hiero y el hormigon al lugar donde los operarios trabajaban: arco, pilares, etc.
Estos malabaristas los encontró la empresa en mi aldea, Caldelas, uno de ellos fue Manolo Clemente, sobrino de Esperanza do Curro, que manejó el teleférico, cuenta mi tío Ricardo que un día, una avería en el transformador paralizó las poleas y Clemente quedó atrapado en el medio del puente durante varias horas. Otro valiente que perforó los pilares para instalar los tirantes que sujetarían la armadura de hierro de los arcos, fue mi primo Secundino Villaverde Camino junto con Antonio el hijo de Isolina de Donas, cuenta mi primo que el destajista iba por los bares preguntando y como no encontraba a nadie capaz de hacerlo convenció al valiente Secundino que hoy con orgullo cuenta como lo hizo.
El puente quedó perfecto y no murió nadie, supongo que la Virgen de Gundián algo tendría que ver, parece como esculpido en la misma piedra del entorno. Las obras terminaron y OBRASCON se fue y los malabaristas acróbatas quedaron y pasaron al olvido sin recibir ni recompensa ni reconocimiento a su ímprobo esfuerzo, que menos que en su plantilla hubiese un hueco para ellos. Mi primo Secundino, lo mismo que sus compañeros, tuvieron que buscarse la vida como pudieron, su proeza en la construcción del puente de poco les ha servido para su CV., él como tantos otros, se enroló en un barco de pesca a la ruta del Bacalao en alta mar donde pasaban varios meses sin volver a tierra, mi primo que hoy, año 2019, vive en su casa de San Xenxo rodeado de estampas de la Virgen de Gundián su Virgen protectora, recuerda con emoción la obra del puente y sus aventuras en el barco donde el Capitán le dejaba solo en su puesto de timonel cuando el temporal encabritaba el barco de proa marchándose a dormir a su camarote porque mi primo Secundino y su Virgen de Gundián salvarían la situación amaneciendo tranquilamente al día siguiente. Hoy Secundino, este héroe de 87 años, pasa los últimos días de su vida con una pensión de 700 € en Bordóns (San Xenxo).
Ni en el barco ni en el puente de Gundián figuran los héroes que por allí han pasado, por eso ahí va mi reconocimiento a mi primo, mis vecinos y todos los que lo han hecho posible, gracias a su valentía y entrega yo y tantísimos gallegos pudimos salir de la aldea para forjar un futuro mejor en la capital de España.
Inauguración del Ferrocarril
Era un sueño de casi cien años de espera que los gallegos de la época pudieron ver realizado en solo 15 años de obras. Para ir a Madrid había que ir a Coruña, desde allí salía uno que iba por Monforte, Lugo, León, Palencia, inaugurado en 1883, (en 1904 se inauguraría Medina del Campo-Venta de Baños y en 1928 Medina del Campo-Zamora). Es decir que desde 1883 para ir a Madrid tenías que coger un carruaje-diligencia en Santiago que te llevase a Coruña y allí coger el tren a Madrid. Esto estaba solo al alcance de muy pocos.
En 1943 se inauguró el tramo Coruña-Santiago, con lo cual ya te ahorrabas lo de la diligencia pero el viaje a Madrid desde Coruña seguia siendo largo y penoso. Era necesario un trayecto mas corto por Orense y Zamora con lo cual en 1953 se inaugura el tramo entre esta ciudad y Puebla de Sanabria, en 1957 el tramo Puebla de Sanabria-Orense-Carballiño y en 1958 el tramo final Carballiño-Santiago con lo cual Galicia rompía su aislamiento secular no solo para sus habitantes sino también para sus productos del campo, la pesca y de la industria. Yo recuerdo que en 1971 el tren salía a las 10 de la noche de Santiago y a las 9 de la mañana ya estaba desayunando en Atocha (Madrid), eso si con overbooking, tirado en 2ª clase o en los pasillos, lleno de frío, pero era joven y se aguantaba todo.
Era el lunes 8 de septiembre de 1958, cuando Franco inauguraba solemnemente la vía del FF.CC. que uniría Coruña con Madrid acortando la distancia en mas de 242 km.. Hace su primer viaje inaugural precisamente recorriendo este último tramo Orense - Santiago de Compostela, un recorrido de 130 km., 63 túneles, 6 viaductos y 13 estaciones intermedias.
Yo no se si Franco eligió ese día, porque era fiesta en mi parroquia en honor a la Virgen de Gundián cuyo santuario está a 300 metros, o es que la divina Providencia se lo señaló en su agenda por ser este obra la mas importante del recorrido, el caso es que toda Galicia fue una fiesta para recibir a Franco.
Cuenta La Voz de Galicia que el Caudillo, acompañado del 2º Jefe de la Casa Militar, 1 y 2º Jefe de la Casa Civil y ministros de Obras Públicas, Gobernación, Agricultura, Justicia y Secretario General del Movimiento, llegó a Galicia con una apretada agenda de inauguraciones, que empezaba por la mañana en Terra Cha con la entrega de cerca de 3000 Hectáreas reconvertidas en tierra de cultivo a los agricultores y ganaderos de la zona, a mediodía en Lugo capital inauguración de la Gran Vía y el Palacio de Justicia y por la tarde viajaba a Orense donde recibe un clamoroso recibimiento con motivo del primer viaje inaugural de la linea de FF.CC. Madrid-La Coruña. El Cardenal-Arzobispo Doctor Quiroga Palacios, bendice el tren inaugural compuesto por una máquina "Diesel 1801", tripulada por el Conde de Arcentales, un furgón, cuatro coches, coche-restaurante y coche-salón. A continuación Franco y su séquito suben al coche-salón y el tren inicia la marcha hacia Santiago sobre las cinco de la tarde parando en las estaciones intermedias donde le esperaban las autoridades locales y miles de personas con banderas y pancartas, y grupos de gaiteiros para brindar a Franco el más apoteósico de los recibimientos por gran obra realizada.
Sobre las ocho de la tarde el tren pasaría por el puente de Gundián, tenía yo casi seis años y estuve allí, me acuerdo perfectamente, era el día de la fiesta de Gundián, había gente de todas las parroquias a la redonda, el tren pasó con retraso sobre la hora anunciada, empezaba a oscurecer, las bocas de los túneles estaban adornadas con ramos y flores, al paso del convoy se escuchaban los vítores y aplausos de la gente que saludaba a Franco agitando gorras y pañuelos, los pescadores del Ulla habían desplegado a la salida del túnel de Castro una gran pancarta saludando a Franco, que era un asiduo pescador en los Cotos de Gimonde y Xirimbao en el río Ulla, donde pescaba todos los años sus celebres salmones. Franco tenía ya 66 años y no dio muestras de cansancio en ningún momento, el tren hizo una breve parada en el medio del puente y según cuenta mi hermano Franco se asomó por la ventanilla y exclamó saludando: "que paisaje tan bonito". El tren reanudó la marcha hasta Santiago donde Franco es aclamado nuevamente, aquí termina su viaje retirándose a descansar al Hostal de os Reyes Católicos, no sin antes visitar la Catedral y dar un abrazo al Apóstol. En el periódico La Voz de Galicia del día siguiente se narra con todo lujo de detalles este momento histórico para Galicia.
Tras la inauguración, atrás quedaban casi 15 años de trabajos difíciles y penosos, la arena se transportaba en mulos, el cuarzo para la vía se extraía de la cantera de Caldelas a golpe de barrena y cartuchos de dinamita, la piedra había que despedazarla en trozos pequeños, los ingenieros, encargados de obra y demás eran grandes hombres con una gran capacidad para resolver sobre la marcha los imprevistos que se iban presentando y más, si cabe, cuando la guerra civil y la mundial estaban aun recientes, había muerto o quedado inútil muchos jóvenes, todo era mucho mas difícil, no había medios, la maquinaria era muy básica. Pero en general las obras fueron beneficiosas para la comarca, aquí trabajaron numerosos vecinos de la parroquia de Ponte Ulla y alrededores, aquí también trabajó mi padre que gracias a Dios vino sano y salvo del Guerra, mis hermanos mayores le llevaban comida caliente. En el túnel se dejo su salud y la vida mi tío Andrés Agrelo Brusén que moriría, como tantos otros, de silicosis a los 56 años por la deficiente ventilación. En Ponte Ulla, cerca del puente, la empresa montó un economato donde los obreros podían proveerse de azúcar, aceite, pastas, etc a precio reducido, este economato ayudó a matar el hambre de la posguerra en la comarca. Según cuentan los vecinos, el economato estaba bien surtido, incluso el sobrante lo vendían a otros distribuidores como los Bastida de A Estrada donde había mucha necesidad y falta de recursos.
La corriente eléctrica
La construcción del transformador para las obras del Ferrocarril llevó a mi aldea la corriente eléctrica que aunque solo era de 110 voltios, pudimos prescindir de la luz de carburo que desprendía unos gases de un fuerte olor desagradable, por eso también se utilizaban la lampara de aceite y las velas. En casa había varios "cortizos" de abejas de donde se extraía la miel y la cera para las velas. Recuerdo cuando yo tenía 6 años que mis padres me enseñaban el silabario a la luz de una vela, pues la luz se iba muchas veces, mi padre desenmarañaba los cables con una larga caña de pescar. Todos los meses venía el cobrador que se llamaba Anuario al mismo tiempo que tomaba nota de los cantadores, algunas veces no había dinero para pagar la luz. ¡Que tiempos aquellos!.
Instalar los primeros postes de la luz no fue fácil pues los vecinos se resistían a que los cables pasasen por sus fincas, y aun en 1965 recuerdo que había casas sin luz. Los viejos de Caldelas siempre fueron recelosos de nuevos avances tecnológicos, así sucedió con el teléfono, cuando el empresario Brey quiso llevar el teléfono a su fabrica en Codeso, los cables tenían que pasar por Caldelas. El buen empresario que tantos puestos de trabajo dio para la aldea, ofreció poner un teléfono público a cambio de que le dejasen poner los postes del teléfono, pero rechazaron la oferta. Brey tuvo que llevar el cableado por el monte sin ningún beneficio para la aldea y con mayor coste económico. Y es que en la aldea esto de las comunicaciones no se llevaba bien, generaba mucha desconfianza, cuando vino la TV la gente tardó en ponerla, mis padres la pusieron porque yo le regalé y le puse en marcha el primer televisor de lámparas en blanco y negro que encargué a mi primo Carlos de Loimil, corria el año 1973.
2008 Construcción del nuevo puente para la alta velocidad AVE
En el año 2000, el gobierno de Aznar concibe un ambicioso plan que supone la construcción de nuevas vías de alta velocidad. En el 2008 se inicia la construcción de un gigantesco puente paralelo al de San Xoán da Cova en el que se empleó potente y sofisticada maquinaria así como las nuevas técnicas de construcción. El puente de 630 metros de largo y 117 de altura se terminó en 2011 y es el viaducto ferroviario mas alto de España. A 2019 todavía no circula el AVE que se espera haga su viaje inaugural en 2020 en que podrá alcanzar 350 km/h, con lo que Madrid quedará a poco mas de tres horas.
Excelente artigo, que se le con moito agrado. Está elaborado cunha grandísima empatía e aporta datos moi importantes dunha Historia que moi pronto se perdería, por non decir que xa estaba perdida. Moitas grazas.
ResponderEliminarO motivo polo que o leín a toda presa é porque quero publicar unha lenda que me contou, hai moitos anos un señor de Merza, sobre o que sucedeu en San Xoan da Cova e como o gran lago que chegaba ata Merza se vaciou. Cando teña tempo voltarei a ler o artigo con detemento e mirando ben as fotos (moi interesantes)